HISTORIA
Los ipuana , son una casta que tiene por significado ´´Los que viven sobre las piedras´´
La ascendencia de los wayuu, está ubicada en clanes, donde cada uno tiene un sentido de pertenencia sobre los mismos. Siempre habrá un grupo de personas que velará por los intereses de ellos, donde tienen en alto sus costumbres y su identidad como pueblo ancestral.
Asimismo defienden con garras a su población, cuentan con una persona que es un “palabrero” ya que resuelve los problemas de los suyos como especie de un abogado.Estos diseños son realizados por los wayuu como símbolos para defender cada familia de su guajira, cuidar su ganado y “marcar territorio”. Cada uno con su propia área y animal totémico que les caracteriza.

La Historia de todo lo existente expone, al igual que en los demás relatos míticos, una consciente estructura espiritual que explica la transformación de los seres vivos. Corporalmente, los primeros wayúu presentan caracteres fisiológicos y morfológicos heredados de sus genios creadores, los Maléiwa; seres autónomos con forma humana. En los mitos wayúu, el cuerpo de las siguientes generaciones no está exento del mismo simbolismo que estructura el cuerpo de sus deidades, por lo que la apariencia de las plantas y de los animales se caracteriza, principalmente, por tener forma humana.
Los descendientes de la generación de genios y creadores poseían características primarias, que definían su género, y secundarias, que definían su especie. En tal sentido, la segunda y tercera generación Maléiwa eran hombres y mujeres con variaciones que comprendían rasgos de naturaleza animal o vegetal.
Crestas, plumas, colas, tipos de pelaje, picos y otros caracteres secundarios fueron las primeras diferencias que marcaron a la naciente raza wayúu. Las nuevas formas estaban desordenadas y no se parecían a la semilla que les dio origen, pero las tipologías continuaron siendo notables y excepcionales como la de sus deidades. En los mitos wayúu, los vertebrados aparecieron en el siguiente orden: reptiles, aves y mamíferos. En principio, muchas de estas especies eran heterogéneas, pues se caracterizaban por poseer rasgos de las distintas especies.
Las cualidades o poderes naturales son otros de los rasgos heredados de sus ancestros. La generación wunu’u poseía cualidades curativas y protectoras. En el mito de todo lo existente se mencionan varios árboles cuyas propiedades son beneficiosas para el cuidado del cuerpo. El wayúu recapitula en el cuerpo vegetal el mundo organizado por Maléiwa y se sirve del mismo para mantener una piel hermosa, curar las fracturas, la diarrea de sangre, disminuir la fiebre, apresurar el parto y alejar los malos espíritus.
La generación uchii, entre tanto, poseía habilidades transformadoras y oficios diversos. En los mitos wayúu los ancestros uchii poseían, al igual que la generación wunu’u, un doble aspecto físico que condicionaba su función. En el mito de todo lo existente se explica cómo la imagen imponente de la paraulata determina su oficio de pútchipuu (palabrero o persona que sirve de mediador en las disputas interclánicas), pero por ser necio y y embustero pierde su condición de palabrero y, también, su corporeidad humana. Al igual que este pájaro, los animales que conformaron la tercera generación Maléiwa perdieron sus características humanas debido a su proceder errático, tal y como puede verse en“La distribución de los clanes” (Paz Ipuana, 1973).
Las habilidades transformadoras de la generación uchii fueron determinantes para el establecimiento del nuevo orden de existencia. En los mitos wayúu, los uchiiexperimentaron mutaciones que dieron origen a una nueva raza y a unos curiosos seres. Deidades con forma humana, plantas-hombres, animales-hombres y hombres y animales poblaron la tierra, hasta que los Mellizos Transformadores flecharon la vagina dentada deWolunka. Es a partir de estos sucesos míticos que el nuevo orden se instaura, de tal forma que el ciclo de reproducción por partenogénesis se suprime y se inicia el ciclo de procreación humana por cópula.
En los mitos, la tercera generación explica la evolución de las especies. Sus deidades, por partenogénesis, dieron origen a las plantas y a los animales y estos se reprodujeron de igual forma. Saiñ-Ma (corazón de la tierra) fue fecundada cuando Mannuuya (el rocío de las nieblas) la acarició con su aliento y Manna (el abrojo), la hija de ambos, fue fecundada porSimirriuu (el invierno bravo), cuando este tropezó con uno de sus senos.
Los relatos seleccionados dan razón de la percepción wayúu respecto al origen de los seres vivos. Desde una perspectiva espiritual, los mitos ilustran una realidad biológica, que paleontólogos y genetistas ya han documentado. Los argumentos míticos que emplean para hablar sobre su herencia, su sexualidad y su evolución son tan válidos como ciertos. En sus mitos figuran genios creadores y semi-deidades con apariencia corporal animal y vegetal, expresando así su vínculo con la materia viva. Las experiencias de esos personajes explican cómo y por qué dicha apariencia se modificó con el tiempo y cómo y por qué la simiente de su procedencia se sigue recordando.
En la Yonna, la generación uchii se manifiesta en cada paso. La mímesis corporal del wayúu es un claro recordatorio de su procedencia animal. Sus castas, afiliadas a un tótem, reproducen figurativamente movimientos corporales de sus parientes cercanos: las aves, los mamíferos, los ofidios y los insectos. Durante las danzas el tótem no corresponde a un emblema tallado o pintado, pues en la Yonna no se trata de distinguir la línea de sucesión de un clan específico y su respectivo estandarte, sino de rendir tributo a la generación Maléiwa en general; de allí, que los pasos o movimientos coreográficos aludan a los animales wayúu (uchii) o tercera generación; mientras que la vestimenta, las pinturas faciales, la bisutería, el espacio (pista de baile o pioi) y la caja de música (kásha o tambor), se relacionan con la presencia de la segunda y primera generación, conformadas, respectivamente, por las plantas (wunu’u) y las emblemáticas figuras Maléiwa: la tierra (Mma), la lluvia (Juyá), el viento (Joutai) la luna (Kashi) y el sol (Kai).
La celebración de la Yonna es propicia para que los wayúu de diferentes castas se relacionen entre sí. En dichas fiestas, las uniones exogámicas son apoyadas; las ofensas interclánicas disipadas o indemnizadas; se presenta socialmente a un nuevo piache, denominadosOutshi, si es masculino, o Outsu, si es femenino; y la presentación de las jóvenes fértiles, ensalzadas. La salud recuperada, la llegada de las lluvias, las cosechas abundantes, la visita de amigos y parientes son otros de los motivos para que los wayúu organicen un pioi (pista de baile) y se reúnan, al son del kásha (tambor) e imiten a sus hermanos uchii (animal), para dar gracias a sus creadores, por mantener el orden natural y social de su cultura. Pero los wayúu también danzan para dar gracias por los favores otorgados, para contrarrestar males como la muerte y otras desgracias vaticinadas a través de los sueños.La Yonna es viva expresión de los fundamentos aquí esbozados. Durante la danza, los wayúu dibujan, en sus rostros, las alegóricas figuras de sus ancestros, se atavían con trajes y accesorios que resaltan dicha filiación y bailan imitando los movimientos de sus hermanosuchii. Los preceptos míticos de esta cultura también se articulan en el pioi o pista de baile. Cada elemento presente en la Yonna alude a sus ancestros; el tambor (kásha) es un referente de luna y sol (Kai y Kashi); las baquetas del tambor, un referente de las piernas y el miembro viril de Juyá (Jierra kásha); la diadema con penacho, que usan los hombres, un referente del ojo y el brazo de Juyá (karrátse) y los pasos del wayúu que danza en el gran corral, una alegoría uchii, como claro recordatorio de su procedencia.
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